Antes de decidirme a postular al intercambio, existían muchos factores que me hacían dudar, como extrañar a la familia, la distancia, los amigos, etc. pero cuando ves que el tiempo ha pasado tan rápido, te das cuenta de que todo valió la pena.
Cursé una asignatura y también realicé la práctica profesional de Discapacidad Múltiple en una escuela de España. Amplié la visión sobre la discapacidad, adquirí herramientas innovadoras para el proceso de enseñanza-aprendizaje. Organicé mis tiempos y viajé a conocer Inglaterra (Londres), a Italia (Roma) y viajé en tren bala a Nápoles. Los fines de semana salí a conocer otras localidades de España gracias a los viajes universitarios a precios accesibles.
Más allá del enriquecimiento profesional, conocer nuevos lugares y crear lazos es lo que hace de la estadía un tiempo a gusto, creando momentos extraordinarios junto a gente extraordinaria. Realizar un intercambio, pese a estar cargado de temores previos, resulta ser inolvidable.