Irme a España ha sido una de las mejores decisiones que he tomado. Lo cual, no quiere decir que haya sido una de las más fáciles. Se requiere mucho esfuerzo, organización y valentía para viajar a un país lejano y desconocido por un largo tiempo, pero vale la pena.
Desde que llegué al aeropuerto no dejé de aprender la cultura, idioma y lugares. Todo es nuevo y estimulante a la mente. Es una experiencia individual, ya que depende de la disposición a aprender y conocer. Es como uno ve y espera de otras personas, es como te verán, si estás dispuesto a una gran experiencia, lo será.
No quiero extenderme en lo buena que era la Profesora de Oftalmología o las innovadoras técnicas quirúrgicas. Ya de vuelta en mi país, estas no son las experiencias que quedaron guardadas y que abriré en 60 años más para contárselas a mis nietos. Por el contrario, puede que ya las haya olvidado, pero las amistades y lazos que hice con maravillosas personas y los bellos momentos que pase junto a ellas, serán eternos.