Cuando decides realizar un intercambio en el extranjero piensas en todas posibles aventuras y emociones que se vendrán en aquel viaje. Luego del arribo a tu destino, todo se convierte en una novedad y el asombro es un hecho cotidiano. Al pasar los días comienzas a sentirte un poco decaído desde el momento de tu llegada, por la distancia con tus seres queridos, pero eso no te detiene. Sigues buscando experiencias, conociendo otras costumbres, nuevas amistades que duren para toda la vida.
No dejes que tus miedos y prejuicios sobrepasen tus ganas por conocer y descubrir el mundo. Si tienes las ganas y la oportunidad de aventurarte, no dudes de hacerlo, veras como todo lo vivido será un aprendizaje que te acompañará para toda la vida.